La tensión en Oriente Medio se traslada al mundo digital. Irán ha lanzado una seria acusación contra WhatsApp, afirmando que la plataforma de mensajería recopila información de usuarios iraníes para enviársela a Israel. La respuesta de Meta, la empresa matriz de WhatsApp, no se hizo esperar, negando rotundamente las acusaciones.
¿Espionaje o cortina de humo? La acusación de Irán
La televisión estatal iraní instó a los ciudadanos a eliminar WhatsApp de sus dispositivos, alegando actividades de espionaje en favor de Israel. Sin embargo, esta acusación carece de pruebas concretas o informes técnicos que la respalden. Este movimiento se suma a un historial de restricciones a servicios digitales occidentales en Irán, como el bloqueo de WhatsApp y Google Play en 2022 durante las protestas por la muerte de Mahsa Amini.
WhatsApp se defiende y contraataca
WhatsApp ha calificado las acusaciones de “falsas” y ha sugerido que Irán podría estar preparando el terreno para justificar una nueva censura, especialmente en un momento en que, según la compañía, los ciudadanos necesitan más sus servicios de mensajería. La empresa destaca que utiliza cifrado de extremo a extremo, lo que impide que terceros accedan al contenido de los mensajes. WhatsApp afirma no rastrear ubicaciones precisas, no mantener registros de con quién se comunican los usuarios y no proporcionar información masiva a ningún gobierno.
"No rastreamos su ubicación precisa, no mantenemos registros de quién se está mensajeando con quién y no rastreamos los mensajes personales que las personas se envían entre sí. No proporcionamos información masiva a ningún gobierno".
La seguridad de WhatsApp en tela de juicio
A pesar del cifrado de extremo a extremo, algunos expertos en ciberseguridad señalan que existen “metadatos” no protegidos que pueden revelar patrones de uso. Gregory Falco, profesor de la Universidad de Cornell, explica que es posible inferir cómo las personas están utilizando la aplicación, lo cual genera preocupaciones constantes.
El contexto digital en Irán: censura y alternativas
Irán ha mantenido una relación conflictiva con las plataformas digitales extranjeras durante años. Desde las protestas de 2009, el gobierno ha bloqueado el acceso a redes sociales como Telegram, Facebook, Twitter y YouTube, argumentando que se utilizan para incitar al desorden y difundir propaganda. A pesar de la censura, millones de iraníes utilizan VPNs y proxies para acceder a la información global, creando una especie de “Internet paralelo”. El gobierno ha impulsado el desarrollo de plataformas nacionales como Soroush, Bale y Rubika, aunque con un éxito limitado debido a preocupaciones sobre la privacidad y la vigilancia gubernamental.
¿Guerra geopolítica en el ciberespacio?
La falta de pruebas concretas sugiere que la advertencia de Irán podría tener motivaciones políticas, utilizando la referencia a Israel como un factor movilizador y apelando a la desconfianza hacia empresas tecnológicas estadounidenses con supuestos vínculos con intereses israelíes. Estaremos atentos a cómo se desarrolla esta situación y su impacto en la libertad digital en Irán.
Fuente: GenBeta
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