La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en el motor de una nueva carrera empresarial, donde la infraestructura para alojar y operar datos es tan crucial como los algoritmos. Según McKinsey, la inversión global en chips, centros de datos y energía para sostener esta industria podría alcanzar los 5.2 billones de dólares. Sin embargo, este crecimiento exponencial no está exento de riesgos, y algunos analistas ya están encendiendo las alarmas.
Inversiones Masivas y Proyectos Ambiciosos
Proyectos como Stargate, con una inversión de 500,000 millones de dólares en cuatro años, demuestran la magnitud de esta apuesta. De esta cantidad, 100,000 millones se destinan a la construcción de centros de datos en Estados Unidos y al desarrollo de 10 gigavatios (GW) de energía, según datos de Statista. Además, un acuerdo con Oracle busca expandir la capacidad en 4.5 GW adicionales, elevando el total en desarrollo por encima de los 5 GW.
Se han anunciado cinco nuevos hubs energéticos en estados como Texas y Nuevo México, con el objetivo de alcanzar una capacidad de 7 GW mediante una inversión de 400,000 millones de dólares en tres años.
Las Advertencias de los Analistas
A pesar de estas cifras impresionantes, analistas como Adán Barth de McKinsey advierten sobre los desafíos que implica este crecimiento. Barth subraya la importancia de que los gobiernos estatales evalúen los costos y beneficios reales al diseñar sus estrategias, considerando las necesidades de infraestructura y la posible reacción negativa de los consumidores.
La construcción de estos centros de datos requiere no solo terrenos y servidores, sino también contratos de energía limpia, acuerdos de transmisión eléctrica, estaciones de enfriamiento, fibra óptica y sistemas de respaldo redundantes. La falla de un centro de datos por falta de energía puede tener consecuencias graves, interrumpiendo operaciones críticas.
Riesgos Financieros y Opacidad
Un riesgo adicional es el financiamiento de estos proyectos a través de deuda privada, menos visible y fuera de los balances públicos tradicionales. Esta opacidad en el riesgo sistémico podría generar problemas si varios desarrollos fracasan simultáneamente debido a sobrecapacidad, cambios regulatorios o crisis energéticas.
Gautam Bhandari, de I Squared Capital, compara la situación actual con la burbuja de las telecomunicaciones de los años 90, aunque con la diferencia de que los centros de datos ahora integran capacidades de IA a escala global. Bhandari advierte que la ubicación de muchos centros en zonas remotas con energía renovable abundante puede acarrear altos costos logísticos y riesgos de aislamiento.
Latinoamérica en la Encrucijada
En este contexto, los países que ofrezcan incentivos energéticos, conectividad robusta y regulaciones transparentes atraerán inversiones significativas. Aquellos que no lo hagan podrían enfrentar fugas de capital o la creación de infraestructuras abandonadas. Latinoamérica se encuentra en una encrucijada, debatiéndose entre convertirse en un polo digital subutilizado o en víctima de un “boom fantasma” de la IA global.
México, Brasil y Chile concentran más del 70% de la inversión regional, atrayendo a gigantes como AWS, Microsoft, KIO y Odata, que buscan terrenos, energía y estabilidad para sus operaciones de IA y nube. Querétaro, en México, destaca con proyectos en desarrollo por más de 8,000 millones de dólares, emulando el ecosistema de Silicon Valley para la microelectrónica.
Conclusión
El auge de los data centers impulsado por la inteligencia artificial representa una oportunidad y un desafío. Para evitar una burbuja tecnológica y maximizar los beneficios, es crucial una planificación cuidadosa, inversiones estratégicas y regulaciones transparentes que fomenten un crecimiento sostenible.
Fuente: Expansión Tecnología
Leave a Comment