Todos lo hemos experimentado: una notificación aparece en la pantalla y, de repente, estamos respondiendo, incluso si eso interrumpe por completo nuestra concentración. Parece automático, pero rara vez se trata solo de la tarea en cuestión. Un reciente estudio de Mozilla, liderado por la investigadora Allison Robins, explora nuestra complicada relación con el multitasking.
Multitasking: más que una simple distracción
Como investigadora de productos en el equipo de métodos mixtos de Firefox, Allison Robins buscaba comprender por qué el multitasking es tan difícil de resistir. La conclusión principal es que no se trata solo de distracciones superficiales. Está ligado a necesidades emocionales más profundas como la confianza, la seguridad y la pertenencia. No reaccionamos simplemente a un ‘ping’; estamos protegiendo nuestra posición, nuestra reputación y nuestra sensación de control.
Sin embargo, las herramientas que utilizamos a diario no siempre están a la altura de esta realidad. Los navegadores son excelentes para habilitar el multitasking: facilitan la apertura de múltiples tareas a la vez, pero no siempre facilitan la reanudación del trabajo donde lo dejamos.
El multitasking como estrategia de supervivencia
Aunque sabemos que el multitasking reduce nuestra productividad –forzando al cerebro a reenfocarse constantemente, lo que ralentiza el pensamiento y aumenta la fatiga mental–, el problema es más profundo que una simple falta de autocontrol. Según el estudio de Mozilla, los comportamientos multitarea, como la monitorización y respuesta constante a los mensajes, son a menudo respuestas protectoras a miedos más profundos.
Uno de los participantes del estudio lo expresó claramente: “A menudo siento que la gente no cree que sé lo que estoy haciendo, así que necesito demostrarlo respondiendo públicamente en el canal de Slack… Quiero asegurarme de que la gente tenga una buena impresión de mí”.
Las interrupciones dejan un residuo emocional
Las interrupciones desencadenan emociones fuertes como el estrés o la frustración que persisten incluso después de que la interrupción termina. Una participante que coordina ensayos clínicos para la investigación del cáncer describió vívidamente esta situación: “Ser interrumpido es otro evento estresante, por lo que se suma al estrés de la tarea en cuestión… Estoy en este estado elevado cuando regreso, y no tengo el privilegio de sentarme y meditar o calmarme antes de comenzar, porque estas son tareas urgentes. La salud de alguien está en juego. Se siente como una bola de nieve de estrés… Realmente no me regulo, simplemente lo hago estresada”.
Las personas tendrán dificultades para reanudar sus tareas originales hasta que se hayan recuperado emocionalmente.
Pequeñas victorias para recuperar el impulso
Después de las interrupciones, los participantes recurrieron a tareas más pequeñas para obtener victorias rápidas y reconstruir el impulso y la estabilidad emocional. Desafortunadamente, muchas herramientas de productividad tratan estos reinicios como distracciones, utilizando la culpa como motivación. Los participantes ya se estaban reprochando su incapacidad para mantenerse concentrados, por lo que no querían herramientas que acumularan más vergüenza, prefiriendo un apoyo constante y sin juicios.
Estrategias sencillas para volver al camino
Cuando los participantes eran interrumpidos, o intuían un cambio de contexto inminente, recurrían a la superficie que tuvieran más a mano: un documento borrador, una nota adhesiva, una entrada temporal en el calendario, un borrador de correo electrónico, cualquier cosa que fuera accesible. Su objetivo no era documentar todo sobre la tarea, sino simplemente dejar una nota rápida para su yo futuro.
Las notas tenían un aspecto similar a este:
- “Lo dejé en la celda A254”
- “Reescribir la introducción, comenzar con los resultados”
- “Necesito hacer un seguimiento”
Estas “andamiajes mentales” –estructuras de soporte temporales y rudimentarias destinadas a mantener el contexto justo– resultaron eficaces porque eran accesibles, simples y temporales. Una vez que se reanudaba la tarea, la nota había cumplido su función y podía desecharse sin pensarlo dos veces.
El estudio también reveló que herramientas complejas de gestión de proyectos como Asana o Trello, a menudo impuestas por los equipos de trabajo, resultaban menos útiles que estas sencillas estrategias. Como explicó uno de los participantes: “Probé Asana, Trello, todas las herramientas de gestión de proyectos. Es demasiado. Algunas de estas herramientas son como el Cadillac, y yo solo necesito un Toyota que salga del lote y me lleve de A a B rápidamente”.
El futuro del multitasking: reducir el impacto negativo
El multitasking no va a desaparecer. Es el producto de presiones sistémicas en el lugar de trabajo que están en gran medida fuera del control de cualquier empresa individual. Pero si bien Firefox no puede solucionar las fuerzas subyacentes que hacen que el multitasking se sienta necesario, sí puede reducir el impacto que tiene en los cerebros y corazones de las personas.
Apoyar eficazmente el multitasking significa reducir tanto sus costes cognitivos como emocionales. La oportunidad no es solo ayudar a los usuarios a hacer más, sino ayudarlos a hacerlo mejor, facilitándoles el regreso, la recuperación y la continuación donde lo dejaron en el navegador.
En resumen, el estudio de Mozilla nos recuerda que el multitasking es una respuesta compleja a presiones internas y externas. Simplificar nuestras herramientas y estrategias, y ser más conscientes de las emociones que impulsan nuestra multitarea, puede ayudarnos a navegar este desafío de manera más efectiva.
Fuente: Mozilla Blog
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