Introducción
Apple está a punto de dar uno de los mayores giros en su historia de manufactura: trasladar la producción de todos los iPhones destinados al mercado estadounidense desde China a la India para finales de 2026. Esta decisión, impulsada por la escalada de aranceles de EE.UU. a productos chinos y la creciente tensión geopolítica, promete revolucionar la cadena de suministro global de la compañía, pero también enfrenta retos considerables.
Un cambio forzado por la guerra comercial
El gobierno estadounidense ha impuesto un arancel del 145% a los productos procedentes de China, aunque los smartphones han recibido una prórroga temporal de 90 días. Sin embargo, la administración de Trump ha dejado claro que esta exención es solo momentánea, lo que ha llevado a Apple a buscar alternativas para proteger su negocio más lucrativo: los más de 60 millones de iPhones que vende cada año en EE.UU.
India: la nueva fábrica de Apple
La producción de iPhones en India no es nueva. Apple empezó a fabricar modelos como el iPhone SE en 2017 y, desde 2023, también produce allí sus modelos insignia. El año pasado, se ensamblaron entre 40 y 43 millones de iPhones en India, de los cuales aproximadamente 12 millones se vendieron localmente y el resto se exportó. Para satisfacer la demanda estadounidense y la local, Apple deberá aumentar la producción en India a entre 80 y 85 millones de unidades anuales, lo que implica al menos duplicar su capacidad actual.

Socios clave y consolidación industrial
La expansión de Apple en India depende en gran medida de sus socios, principalmente Tata Electronics, Foxconn y Pegatron. Tata, en particular, ha tomado un papel protagonista tras adquirir instalaciones clave y una participación mayoritaria en las operaciones de Pegatron en el país. Esto representa una consolidación inédita, con una empresa india liderando la producción local del iPhone.
Obstáculos en la calidad y la cadena de suministro
No todo es sencillo en el camino hacia el “Made in India”. En 2023, la fábrica de Tata en Hosur tenía un índice de rendimiento del 50%, es decir, la mitad de las carcasas producidas no superaban los estrictos controles de calidad de Apple. Además, el ensamblaje es solo el último paso: la mayoría de los componentes clave, como los procesadores, siguen fabricándose fuera de India, sobre todo en China y Taiwán. La experiencia y el know-how chino siguen siendo indispensables, lo que obliga a trasladar ingenieros y técnicos desde China a las plantas indias.
¿Un futuro sin China? Aún no
Aunque el ensamblaje se traslade a India, Apple no podrá prescindir de China en el corto plazo. Los componentes de mayor valor, como los chips de última generación, seguirán llegando de Asia oriental durante años. La fabricación de semiconductores en India es todavía un proyecto a mediano o largo plazo, por lo que la dependencia de la cadena de suministro china persistirá.

Conclusión
El traslado de la producción de iPhones para EE.UU. a India es una jugada estratégica de Apple para sortear los aranceles y diversificar su cadena de suministro. Sin embargo, los retos logísticos, de calidad y tecnológicos hacen que el proceso esté lejos de ser sencillo. El movimiento, aunque ambicioso, demuestra que el futuro de la fabricación tecnológica será cada vez más multipolar, pero aún muy interconectado.rio perfecto entre costos, producción y responsabilidad empresarial.
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