La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha puesto de manifiesto una preocupante realidad: la creciente cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan, los conocidos como ‘ninis’. Según datos recientes del Foro Económico Mundial, esta tendencia persiste y se agrava, afectando a un 21,7% de los jóvenes a nivel mundial. Esta situación no solo representa una pérdida de potencial económico, sino que también genera un impacto negativo a largo plazo en las oportunidades laborales de los jóvenes.
Un problema más grave que la crisis de 2008
Las cifras actuales de ‘ninis’ superan incluso las registradas durante la crisis económica global de 2008. La pandemia de COVID-19 ha intensificado esta problemática, ya que los jóvenes han experimentado mayores tasas de desempleo y abandono escolar en comparación con otros grupos etarios.
Como muestra la siguiente gráfica de la OIT, el porcentaje de jóvenes que no trabajan, ni estudian, ni reciben formación ha ido en aumento con el pasar de los años:

¿Un mercado laboral obsoleto?
Expertos como Jeff Bulanda, de Jobs for the Future, argumentan que el problema no reside en los jóvenes, sino en la incapacidad de la sociedad para modernizar sus sistemas. En lugar de culpar a la Generación Z por no adaptarse a las empresas, es crucial que el mercado laboral se adapte a las necesidades y expectativas de esta nueva generación.
Incertidumbre y falta de esperanza
El Banco Mundial subraya que la incertidumbre y la desilusión dificultan la transición exitosa de los jóvenes al mercado laboral, limitando su capacidad para contribuir al desarrollo nacional y ejercer sus derechos como ciudadanos. La OIT, por su parte, destaca la falta de empleos dignos como una de las principales razones por las que muchos jóvenes optan por no estudiar ni trabajar.
España y Europa: un panorama similar
La situación en España y en el resto de Europa refleja las tendencias globales. Los jóvenes españoles priorizan la estabilidad laboral sobre el salario, motivados por la dificultad para encontrar empleo y la precariedad de las ofertas disponibles. Además, la Gran Renuncia, con empleados que abandonan sus trabajos por agotamiento, es una realidad palpable.
En el contexto europeo, las empresas enfrentan dificultades para encontrar personal cualificado, a pesar de que la balanza de poder se inclina a favor de los trabajadores. Esta paradoja del mercado laboral se traduce en una pérdida de poder adquisitivo para los jóvenes.
Un futuro incierto, pero no inamovible
La crisis de los ‘ninis’ representa un desafío apremiante que exige una revisión profunda de las políticas educativas y laborales. Adaptar el mercado laboral a las nuevas generaciones, garantizar empleos dignos y fomentar la esperanza son elementos clave para revertir esta tendencia y construir un futuro más próspero para todos.
Fuente: GenBeta
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