En el mundo de la tecnología, a menudo consideramos el olvido como un ‘bug’ en nuestro sistema operativo mental. Sin embargo, la neurociencia nos está revelando que el olvido es, en realidad, una ‘feature’ crucial para el correcto funcionamiento de nuestro cerebro.
El Caso de Ireneo Funes: Cuando la Memoria Absoluta se Convierte en una Limitación
Jorge Luis Borges, en su cuento ‘Funes el memorioso’, nos presenta a Ireneo Funes, un hombre con una memoria prodigiosa capaz de recordar cada detalle de su existencia. Aunque a primera vista esto parece un don, Funes se da cuenta de que su incapacidad para olvidar lo convierte en alguien incapaz de pensar abstractamente. Como señala Borges, ‘Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer.’ Esta idea, que parecía una reflexión literaria, ahora encuentra eco en la investigación neurocientífica.
¿Cómo Almacenamos Recuerdos a Largo Plazo?
Los recuerdos a largo plazo se almacenan como configuraciones de conjuntos neuronales llamados ‘engramas’. Un engrama representa una interconexión de neuronas relativamente estable, el tipo de patrones que encontramos al estudiar la memoria a largo plazo.
El Olvido y la ‘Interferencia Retroactiva’
Un equipo de investigadores del Trinity College de Dublín estudió cómo la ‘interferencia retroactiva’ (cuando experiencias cercanas en el tiempo causan el olvido de recuerdos recientes) afecta a los engramas. En un experimento con ratones, crearon un recuerdo, identificaron el engrama correspondiente y lo hicieron desaparecer mediante técnicas de intervención retroactiva. Luego, utilizando optogenética, analizaron qué ocurría con el engrama.
Los investigadores descubrieron que los engramas ‘olvidados’ pueden restablecerse al presentar información ambiental similar o relacionada. Esto demuestra que la interferencia retroactiva modula la expresión de los engramas de forma reversible y actualizable.
El Olvido como Proceso de Simplificación Cerebral
Imagina los engramas como caminos que conectan neuronas. Tras el olvido, estos caminos dejan de usarse, pero las ‘marcas’ persisten y pueden seguirse con relativa facilidad si es necesario. El olvido simplifica las redes de comunicación en el cerebro sin destruirlas por completo.
Este proceso es adaptativo, ya que las nuevas entradas perceptivas y ambientales modulan el olvido, permitiéndonos priorizar la información relevante y adaptarnos a nuestro entorno. En lugar de ser un problema, el olvido es una característica que nos hace mejores, optimizando nuestra capacidad cognitiva.
Conclusión: Aceptar y Entender el Olvido
La próxima vez que olvides algo, recuerda que no es un fallo en tu sistema, sino una función esencial que permite a tu cerebro operar de manera más eficiente. El olvido nos ayuda a generalizar, abstraer y, en última instancia, a pensar mejor. Así que, ¡celebremos el poder del olvido!
Fuente: Xataka
Leave a Comment