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RoboBall: El robot esférico indestructible que la NASA olvidó y ahora conquista el mundo

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En el mundo de la robótica, la innovación a menudo surge de ideas olvidadas. Tal es el caso de RoboBall, un robot esférico que la NASA investigó en su momento y que ahora, gracias al ingenio de un equipo en Texas, está listo para rodar (literalmente) hacia el futuro.

¿Qué es RoboBall? El invento que renació

RoboBall es un concepto originalmente concebido por el ingeniero mecánico Robert Ambrose en la NASA. La idea era simple pero revolucionaria: crear un robot que, sin importar la superficie o el terreno, nunca pudiera volcarse. Este robot esférico estaba destinado a explorar lugares inaccesibles para los robots tradicionales con ruedas o patas, como los desafiantes cráteres de la Luna.

Aunque Ambrose desarrolló varios inventos exitosos en la NASA, RoboBall quedó archivado hasta que, dos décadas después, retomó el concepto como tutor de los estudiantes de doctorado Rishi Jangale y Derek Pravecek en la Universidad de Texas A&M.

El secreto de la invencibilidad: péndulo y airbag

La clave de RoboBall reside en su diseño y sistema de propulsión. Su carcasa esférica, fabricada con materiales similares a los de un airbag, le proporciona resistencia y flexibilidad. Pero el verdadero ingenio está en su interior: un péndulo y motores que, al oscilar, transfieren impulso a la esfera, permitiéndole rodar en la dirección deseada.

Además, RoboBall puede inflarse y desinflarse, lo que le permite modificar su tracción y adaptarse a una gran variedad de superficies: desde hierba y grava hasta arena e incluso agua. Alcanza velocidades de hasta 32 km/h y, gracias a su forma esférica, nunca se vuelca.

Dos prototipos para diferentes misiones

Actualmente, existen dos prototipos de RoboBall:

  • RoboBall II: La versión de laboratorio, con un diámetro de 61 centímetros, se utiliza para ajustar algoritmos de control y monitorizar la potencia de los subsistemas.
  • RoboBall III: La versión comercial, con un imponente diámetro de 183 centímetros, está diseñada para transportar cargas útiles como sensores, cámaras y herramientas de muestreo.

La transición del prototipo de laboratorio al comercial no ha sido sencilla. Según Pravecek, la falta de documentación sobre robots esféricos de este tamaño presenta desafíos constantes: “Si un motor falla o un sensor se desconecta, no puedes simplemente abrir un panel. Tienes que desmontar todo el robot y reconstruirlo. Es como una cirugía a corazón abierto en una bola rodante”.

Más allá de la Luna: aplicaciones terrestres

Aunque el objetivo inicial de RoboBall era la exploración lunar, su potencial se extiende mucho más allá del espacio. El equipo está explorando aplicaciones terrestres, especialmente en misiones de búsqueda y rescate.

Jangale imagina un futuro en el que “un enjambre de estas bolas desplegadas después de un huracán” pueda mapear áreas inundadas, encontrar supervivientes y recopilar datos esenciales, todo ello sin poner en riesgo vidas humanas.

Un futuro brillante para RoboBall

RoboBall es un claro ejemplo de cómo una idea, aunque olvidada, puede resurgir con fuerza y ofrecer soluciones innovadoras para diversos desafíos. Desde la exploración lunar hasta las misiones de rescate, este robot esférico promete revolucionar la forma en que interactuamos con el mundo.

Fuente: Xataka

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