Sora 2: El ‘Deepfake’ se democratiza y se vuelve viral… ¡Ahora tú eres la estrella!

Sora 2: La revolución ‘deepfake’ ha comenzado

La inteligencia artificial sigue avanzando a pasos agigantados, y Sora 2 de OpenAI es una prueba de ello. Tras una primera versión que no terminó de convencer, Sora 2 ha llegado para democratizar la creación de ‘deepfakes’, permitiendo a usuarios comunes convertirse en protagonistas de vídeos personalizados y, sobre todo, muy divertidos.

De ‘deepfakes’ de famosos a tu propio ‘yo’ digital

Durante años, los ‘deepfakes’ se han centrado en suplantar a celebridades, a menudo con fines humorísticos (y a veces no tanto). Sora 2 le da la vuelta a esta situación. Ahora, puedes crear un ‘deepfake’ de ti mismo o de tus amigos, integrándolos en todo tipo de escenarios y situaciones.

Creación al alcance de todos

Sora 2, al igual que el generador de imágenes de ChatGPT, pone en manos de millones de personas una herramienta poderosa para la creación de contenido. A través de simples indicaciones de texto (‘prompts’), puedes generar vídeos realistas y sorprendentes, abriendo un abanico enorme de posibilidades creativas.

Cameos y viralidad: la fórmula del éxito

Una de las características más llamativas de Sora 2 es la posibilidad de crear ‘cameos’, integrando tu propia imagen o la de tus amigos en los vídeos generados. Esto ha dado lugar a memes virales y situaciones cómicas, como el propio Sam Altman, CEO de OpenAI, convirtiéndose en protagonista de sus propias creaciones.

¿Un futuro de realidad fabricada?

Si bien los vídeos creados con Sora 2 aún no alcanzan la perfección en cuanto a realismo, la tecnología avanza rápidamente. Esto plantea interrogantes sobre el futuro de la realidad y la posibilidad de vivir en un mundo donde las versiones digitales son más atractivas que las reales.

Riesgos y reflexiones

Como con cualquier tecnología poderosa, el mal uso de Sora 2 es una preocupación real. Sin embargo, el riesgo más profundo radica en la normalización de una realidad fabricada, donde la línea entre lo real y lo artificial se vuelve cada vez más borrosa. Como decía Javier Lacort, el verdadero peligro es que nuestra versión digital sea siempre más interesante que la real.

Fuente: GenBeta